El cuerpo no miente

Hey hey! Bienvenidos sean a este gran camino hacia nuestra salud física, mental y espiritual. Para que esta enorme búsqueda comenzará debí tropezar una y otra y otra vez (y sepan que nunca dejamos de tropezar, porque siempre habrá algo NUEVO que aprender). Y les juro que no ha sido nada fácil, pero siempre debemos buscar nuestro equilibrio y paz interior (darse por vencido no es una opción).

Nadie tiene la vida resuelta, podemos tener ciertas comodidades pero jamás estamos en total orden y justo quiero platicarles como me fue y porque estamos aquí hoy.

Hace aproximadamente 10 años que comencé a sentirme mal físicamente y no sabía porque, comencé a tener espasmos de falta de aire y ataques de ahogo (como si fuera asma) y entonces vino la búsqueda de médicos y especialistas en diferentes temas y áreas para saber que me estaba pasando, desde otorrinolaringologos hasta temazcales y retiros de AAA (leyeron bien, aunque nunca tuve problemas de adicciones o alcohol) y esto solo por mencionar algunos.

De verdad que podríamos llevarnos una eternidad contando todo aquello que probé e intente en busca de mi salud física (aquí aún no me enfocaba en mi salud mental).

Fue entonces que ni las AAA, ni médicos generales, ni especialistas, ni los balines, ni el temazcal, ni la limpiada con huevo, de verdad que nada, absolutamente NADA me estaba ayudando y solo empeoraba; fue entonces que comenzaron los miedos, el sudor y hormigueo en manos, ansiedad incontrolable al grado de no poder ni comer por el miedo a ahogarme.

Eventualmente comencé a pensar en mi salud mental y me cuestioné si estos malestares podrían deberse a otra cosa y es ahí que contacto a una psicóloga para comenzar terapia y me doy cuenta de que todo lo que ha reflejado mi cuerpo hasta este punto esta completamente conectado con lo que siento, con mis EMOCIONES (como lo era el miedo, la angustia, la felicidad, etc.) y voy dándome cuenta de que hay muchos factores que considerar, desde ex-parejas complicadas, conflictos de familia y esas responsabilidades ajenas que decidimos asumir como nuestras.

Pero ahí no paro, solo duré un año en terapia y la dejo por cuestiones económicas; aún así me sentí con herramientas para hacerle frente a lo que vivía, pero ¡¡Oh ilusa de mí!! obvio no, el crecimiento y aprendizaje nunca para y al contrario mientras siguiera con proyecciones negativas nada iba a salir bien.

Así que, yo seguía con medicinas diariamente y en busca del médico que me diera la píldora mágica para estar en paz, es entonces que llego al INER (Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias) donde soy diagnosticada con ASMA, lo cual hizo que me comprara la condición; me sentí más vulnerable y me dije: “Ahora si me voy a morir” y por supuesto sume MÁS medicina a mi vida.

Claro que para este punto me encuentro completamente desgastada, desmotivada, triste y decepcionada de todos y de todo. Pero sin duda hoy me detengo aquí para decirles que “La chamba siempre fue, es y será mía”, mi bienestar, mi paz y mi felicidad son totalmente mi responsabilidad.

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